martes, 10 de marzo de 2009

Matias de Paula en Villanueva de la Serena

(HOY.ES)


El amigo extremeño de Pitingo Un cantaor de raza que no es profeta en su tierra
El villanovense Matías de Paula ha estado estos días en Villanueva de la Serena reflotando la Peña Flamenca 'El Serón'
LA trayectoria artística del cantaor extremeño Matías de Paula está llena de éxitos y de controversias. Y es que parece sorprendente que un cantaor flamenco tan puro, de su raza y de su categoría haya sido capaz de llenar teatros repitiendo funciones en Japón o Nueva York, y mientras en su pueblo natal, Villanueva de la Serena, aún no haya tenido la oportunidad de actuar ante sus paisanos en un escenario acorde con su caché. De ahí, que éste sueñe con ser algún día profeta en su tierra. «La verdad es que no me considero profeta en mi tierra. Será, quizás, porque he desarrollado más mi carrera fuera de Extremadura, y aunque no me puedo quejar del trabajo que tengo, lo cierto es que me gustaría actuar más por aquí».Precisamente buscando ese espacio entre los suyos, durante los últimos días Matías ha estado en su ciudad natal y, en este caso, ha vuelto para ayudar a reflotar la Peña Flamenca 'El Serón' de Villanueva de la Serena. Una peña que ha renovado directiva, ha cambiado su sede al Café-bar 'La Barca', en el polígono industrial del mismo nombre, y con la que él ha querido contribuir con lo que mejor sabe hacer: desgarrar su garganta.El pasado 21 de febrero el bar se volvió pequeño y se abarrotó para ver al hijo del cantaor Diego Corraliza 'El Chucarro', también de Villanueva y que es un eslabón más dentro de esta familia de artistas de la que forma parte el propio Matías. En esta pequeña actuación estuvo acompañado de su hermano Diego, a la guitarra, y de su hermana Sandra Fernández y su primo Inocente Corraliza, al cante. Una fiesta flamenca que pretendía servir de empujón para esta peña que, como reconoce Matías, «hace mucha falta en Villanueva, sobre todo para los grandes aficionados que hay y que quieren disfrutar del flamenco al menos una vez en semana».Aunque el nombre con el que vino al mundo es el de Matías Corraliza Fernández, con los años se ha ganado un merecido reconocimiento en los ambientes flamencos de Madrid siendo conocido como Matías de Paula. Matías comenzó su carrera profesional a los 16 años en Madrid en distintas peñas flamencas y reuniones de aficionados. A los 18 años empezó a recorrer los distintos tablaos flamencos de la capital, como el 'Corral de la Pacheca', 'Casa Patas' o 'Torres Bermejas', donde se foguearon Camarón o Porrina, entre otros. Luego consolidó su etapa como cantaor en el Ballet Nacional de España y fue a partir de entonces cuando inició su carrera en solitario. Por medio mundoPrecisamente, tanto con el ballet, donde estuvo un año, como en solitario, Matías ha tenido ocasión de viajar por medio mundo y merced a estas experiencias ha podido comprobar lo valorado que está el flamenco por todas partes: «En Nueva York, por ejemplo, estuvimos un mes y todos los días se colgaba el cartel de 'no hay billetes'. Luego, estando en Estados Unidos fuimos también a Filadelfia, y allí tuvimos que hacer tres sesiones los tres últimos días ante la gran expectación que habíamos levantado. Por la experiencia que he vivido, te digo que el flamenco a veces se valora más en el extranjero que en nuestro propio país», afirma.Aunque para reconocimiento, el que se tiene al flamenco en Japón: «Yo creo que después de España, está Japón. Allí hay miles de academias de flamenco. Las chicas vienen aquí, aprenden flamenco y luego abren allí academias. Además hay grandes cantaores flamencos y buenos guitarristas japoneses. Si pudiera, me iría mañana otra vez allí con los ojos cerrados».A sus 34 años, Matías ha compartido cartel con numerosos artistas de la categoría de Enrique Morente, Carmen Linares, 'La Tana', Montse Cortés, Gabriel Moreno, José Menese, José Mercé, Antonio Canales o Rancapino, entre otros. Actualmente ofrece recitales de cante flamenco por todo el territorio nacional y gran parte del extranjero. Un trabajo que compagina con la preparación de su primer disco y con los 'cables' que le echa a su amigo del alma Pitingo, al que acompaña precisamente estos días en los conciertos que está ofreciendo en Alicante dentro de su gira.No obstante, de entre todos los artistas, Matías recuerda con especial cariño una anécdota que compartió con el maestro Enrique Morente, y que para él ha sido el mayor piropo que le han echado a lo largo de su carrera: «Él me vio cantar por primera vez en Granada y al terminar me dijo que le había gustado y que llegaría lejos. A los dos años coincidí con él de nuevo en La Unión y cuando me saludó se dirigió a mí como Matías. Me sorprendió que se acordara de mi nombre desde aquella vez y se lo dije. Él me contestó que de todos los cantaores buenos se acordaba de su nombre. Fue un bonito detalle».En cuanto a proyectos futuros, Matías ya avanza que está preparándose para poder sacar su primer disco, en cuya producción participarán Pitingo y Juan Carmona. Eso sí, tiene muy claro que el apostará por el flamenco puro, que es el que le apasiona. Además, también se ultima una actuación en el teatro Las Vegas de Villanueva, donde por fin podrá mostrar todo su arte a sus paisanos. Por lo demás, sólo pide seguir ligado a su auténtica pasión: «Me conformo con seguir viviendo de mi cante flamenco hasta que me derroten». Si de algo puede presumir Matías es de ser muy amigo de sus amigos, y en ese selecto grupo de amistades del extremeño se encuentra Pitingo, que el próximo 12 de marzo recogerá en Badajoz el Premio de la Música como artista revelación. Prueba de esa sintonía con el andaluz es la presencia del propio Matías en el archiconocido videoclip 'Killing me softly with this song'.«Pitingo ha sido muy buen amigo mío desde antes que saltara a la fama y pegara el pelotazo que ha pegado. Hemos sido uña y carne y seguimos conservando la amistad. De hecho él me pide que vaya a acompañarle a los conciertos y yo encantado, ya que además de hacerle coros, suelo cantar un par de temas míos al principio. Eso es un lujo, ya que hay que tener en cuenta que a todos los sitios que va registra llenos hasta la bandera».Por todo ello, éste se alegra de los éxitos que está cosechando su amigo: «Es un pedazo de artista y una gran persona, ya que es muy gracioso, muy generoso y buena gente. Todo lo que le está pasando no se lo esperaba, pero desde luego que lo tiene muy bien merecido».Sobre el nuevo estilo por el que ha apostado Pitingo, fusionando flamenco y soul, Matías considera que «siempre está bien innovar y crear cosas nuevas», aunque también advierte que el andaluz «canta muy bien flamenco».

1 comentario:

  1. Es un gran cantaor Flamenco, este chico tiene que llegar alto por su talento y esa voz tan bonita y flamenca que tiene, oleee los buenos Cantaores, sigue asi Artista...

    ResponderEliminar